El pasado miércoles 14 de septiembre tuvo lugar uno de los hechos más
importantes de la historia reciente de nuestra Hermandad, un acto donde quedó
refrendado el acuerdo alcanzado en las últimas semanas para la donación del
manto del siglo XVIII de manera definitiva a nuestra corporación por parte de
su anterior propietario, el Marquesado de Cerverales. Dicho acto, como ya fue anunciado a través de este medio, dio comienzo a las
21:00 horas de la noche en la
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, lugar donde se
dieron cita miembros de la Junta
de Gobierno, Hermanos, fieles, devotos y cofrades en general.
En primer lugar, presentó el acto D. Eduardo Chía Cruz, actual Secretario
Primero y quien fuera Hermano Mayor en los años 1997-2001 y 2001-2005, el cual
agradeció a los asistentes su presencia en tan importante evento. Tras esto
quiso referirse a la importancia del hecho que nos ocupa, diciendo ser uno de
esos días que quedan grabados con letras de oro en la historia de nuestra
Pontificia y Real Hermandad. Seguidamente pasó a describir a tan precioso
manto, no sin olvidarse antes de la gran vinculación venida de siglos atrás
entre la Casa de
Cerverales y nuestra Hermandad, poniendo como muestra la capilla de los Siete
Dolores, como así es el emblema que la custodia y refiriéndose a la de nuestros
Amadísimos Titulares, para ver la orientación del altar en dirección a la
ventana que conecta con el Palacio de Cerverales.
Este manto del siglo XVIII, como consecuencia del deterioro del tiempo,
según consta, fue restaurado en los talleres del simpar diseñador y bordador
sevillano, D. Juan Manuel Rodríguez Ojeda, aquel quien cambió el estilo de la
Semana Santa de Sevilla. La joya que nos ocupa la lució por última vez la
Santísima Virgen de los Dolores en Semana Santa por las calles estepeñas a
principio de la década de los años 70, en aquel paso de parihuela que portaban
los empleados de la Casa de Cerverales. También, en 2001 con motivo del 350º
aniversario del juramento Concepcionista, en la Función Solemne en el
Monasterio de Santa Clara y su Traslado a la Iglesia de Ntra. Sra. de la
Asunción. Y dada su calidad, ha sido expuesto en la ciudad hispalense en
exposiciones como Munarco (Muestra Nacional de Arte Cofrade) o Servitas,
organizadas por la Caja San Fernando. En funciones importantes lo ha seguido
luciendo nuestra dolorosa en contadas ocasiones, como aquella del Congreso de
Hermandades de la Archidiócesis bajo la advocación de Nuestra Señora de los
Dolores en el 1996, con impresionante altar que diseñara el recordado Salvador
Fernández Fuentes. Pero de nuevo, el deterioro que sufre ha hecho que la
Hermandad lo salvaguarde, y después de mucho tiempo, que vuelva a engrandecer
la belleza de María Santísima con ese tocado impresionante que para la ocasión llevaba
puesto por el Camarero-Vestidor, D. José Romero Ruíz. Antes de pasar a la
lectura del acuerdo, D. Eduardo Chía agradeció de corazón al Hermano Mayor
Honorario por acceder a tan importante donación, esperando que en un futuro no
muy lejano, la Santísima Virgen de los Dolores luzca en su máximo esplendor uno
de los mejores mantos que posee el patrimonio devocional de una ciudad tan
mariana como Estepa. Tras esto, se llevó a cabo la lectura del acuerdo por
parte del Secretario Primero.
A continuación y tras la firma del acuerdo entre ambas partes, tomó la
palabra el Hermano Mayor Honorario, el Ilmo. Sr. D. Rafael de Alcaraz y Baíllo,
Sr. Marqués de Cerverales, quien quiso compartir con los presentes unas breves
palabras sobre el momento que está atravesando nuestra Hermandad y de cómo lo
que empezó de una forma muy leve ha ido subiendo varios peldaños, hasta llegar
a ser para un referente en la Semana Santa
de Estepa. Desde la reorganización de la Hermandad en el año 1953, dijo haber conocido a
todos los Hermanos Mayores que han ido pasando, conociendo toda la trayectoria
y llegando a vivir muchos momentos tanto de alegría como de tristeza, estos
últimos cuando la climatología impedía lucir a nuestras imágenes por las calles
estepeñas en la tarde del Martes Santo. De igual forma, dijo haber sido testigo
del gran cariño que nuestros Hermanos profesan a nuestras imágenes, así como de
haber visto en primera persona todo el trabajo desempeñado por los miembros de la Hermandad en ferias,
rifas, limpieza de enseres, montaje de pasos, etc., todo para el mayor
lucimiento de nuestros Titulares. Por todas estas consideraciones, dijo haber
tomado la decisión de donar este manto y por estar convencido de que con el
mismo cariño, dedicación y esmero que su familia ha mantenido esta joya durante
3 siglos, así lo harán los que conformen nuestra Hermandad con el paso de los
años, señalando, por último, sentirse orgulloso de haber realizado esta
donación, finalizando su intervención con un grito de ¡VIVA LA VIRGEN LOS DOLORES, VIVA LA HERMANDAD DE SAN PEDRO!
Por último y para cerrar el acto, intervino el actual Hermano Mayor, D.
Jorge Batet Carrero, quien dijo sentirse orgulloso y satisfecho de vivir este
momento en la historia reciente de nuestra corporación. Tras agradecer la presencia
de los asistentes al acto, quiso hacerlo especialmente hacia la Casa de
Cerverales, y a quien ostenta el título, el Ilmo. Sr. D. Rafael de Alcaraz y
Baíllo, elevando el más sincero de los agradecimientos. También y en referido
al precioso manto, dijo ser fruto de una devoción y entrega de ésta, tan
importante Casa, a través de los siglos, volviendo a escribir una nueva página
con letras de oro en la historia contemporánea de estas dos instituciones. Para
terminar, mostró su deseo para que Dios y su Santísima Madre paguen con las
mejores venturas a D. Rafael y a los suyos, por estas muestras que siguen dando
evidencia de las inmejorables relaciones.
Por último, pasaron a fotografiarse ambas representaciones portando cada uno
el acuerdo firmado.
Aquí les dejamos algunas de las mejores imágenes captadas por nuestro Grupo
Joven:
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